Hace un año llegué al restaurante de un hostel en la India, concretamente en Agra, la ciudad del Taj Mahal. Ese hostel me pareció especial porque las paredes del restaurante estaban pintadas por algunos de los viajeros que se alojaban allí. Me encantaron aquellos dibujos y había una chica pintando uno de ellos. Ese día, como en tantas otras ocasiones, pensé, yo también quiero hacer eso. Y un año después he pintado en un mural público (no de un hostel) pero igualmente, un mural callejero. Y eso me hace pensar una vez más en que los sueños se hacen realidad. 💜
