Improvisation

Cada vez que voy a vivir a un lugar nuevo, uno de mis objetivos es conocer a gente, gente de allí y gente de fuera porque soy adicta a relacionarme con personas de otros lugares. Qué le vamos a hacer, cada uno tiene sus «aficiones».

Una de las herramientas que uso para conocer gente es Couchsurfing, una plataforma donde los usuarios además de ofrecer alojamiento a viajeros de forma gratuita, publican actividades y diferentes eventos para conocer gente, practicar idiomas, deportes, etc.

Desde que llegué a Santa Cruz, tuve la intención de ir a un meeting que se organizaba a través de la plataforma y era en un bar llamado «La Guiri». Y finalmente un miércoles decidí ir. Cuando llegué al bar no había nadie para hacer el meeting pero la camarera me dijo que en la planta de arriba había un taller de improvisación teatral en inglés y que podía unirme, era gratuito; así que dije, ¿por qué no?

Jamás en mi vida había participado en ninguna actividad de improvisación aunque sí que había hecho algún teatrillo en la universidad y en algún proyecto Erasmus+.

Nunca lo había verdaderamente «disfrutado» porque sentía un poco de miedo escénico , no me gustaba ser el centro de atención y tener que actuar delante de personas. Pero esta vez , tal vez porque no me dio tiempo a pensarlo, no sentí ese miedo o inseguridad en ningún momento. Llegué, la monitora me invitó a presentarme y comenzó la función.

El taller consistió en hacer diversas actividades de improvisación en parejas o en grupo, por ejemplo dos personas actúan durante un minuto a partir de una palabra que el público les dice; o 3 personas interpretan una historia improvisada en la que van añadiendo frases usando:» sí pero…»

Hacía muchísimo tiempo en el que yo no me reía tanto como aquel día. Me sentí súper a gusto con aquellos completos desconocidos, no sentí reparo en hacer nada y el tiempo voló. Fue una experiencia única y desde aquel día estoy deseando que cada semana llegue el miércoles para pasar 2 de las mejores horas de mi semana.

Tal vez es la atmósfera acogedora que se crea, la actitud positiva de la gente, el no tener pudor a ser otros personajes, el simplemente dejarte llevar y hacer lo primero que se te pase por la mente; o el hecho de que nadie te juzga, cada uno lo hace a su manera y es libre de decir o hacer lo que quiera. Hay una respeto y una buena conexión con los demás, que hacen que simplemente te sientas bien.

El pasado miércoles, una de las chicas comentaba que aquel taller lo veía incluso como una terapia, y le doy la razón. Durante esas dos horas no piensas en nada más, ni en problemas ni en otras personas, en nada, porque estás concentrado en el instante, en qué decir y hacer y en qué están haciendo los demás. Te diviertes, pones en marcha tu imaginación y creas aquello que sale de tu mente. It’ s awesome .

Benditas sean esas casualidades de la vida que hacen que encontremos a esas personas y momentos que hacen que el día tenga algo especial.

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